Vivir con un familiar con trastorno borderline no es una empresa fácil y puede convertirse en una carga mayor que la de asumir el cuidado de un familiar con una enfermedad física grave.

Vivir con un familiar con trastorno borderline no es una empresa fácil y puede convertirse en una carga mayor que la de asumir el cuidado de un familiar con una enfermedad física grave.